Aug. 03, 2025

Una de las cosas más impactantes en la vida cristiana es ver cómo Dios transforma a personas que jamás pensaríamos que llegarían a convertirse; escuchamos de historias de narcotraficantes que terminan predicando en las cárceles, o de un ateo burlador que hoy evangeliza con gran pasión y al escucharlas nuestra reacción es: “¿¡En serio!?¿Que ese se convirtió!?” Nos sorprende, nos conmueve, y hasta nos da esperanza por aquellos que aún parecen estar muy lejos del cielo, pero también nos pueden causar enojo al ver que un pecador tan malvado pueda ser recipiente de la gracia de Dios y ser salvo a pesar de su maldad. 

Y tu, como reaccionas? Te ofende que alguien te diga que estás perdido, que no puedes salvarte a sí mismos, y que necesitas a Cristo para ser que te salve? Crees que manera civilizada de vivir es suficiente para ser salvo? Te enojas al oir el evangelio? La historia de como Saulo el perseguidor de la iglesia se convirtió en el apostol Pablo es un ejemplo vivo de lo que Dios puede hacer cuando una persona es alcanzada por Su gracia transformadora.